Marina Abramovic: The Artistic is Present, 2010. Performance realizada en el MoMA de Nueva York. |
…el arte no debe tomarse menos
enserio que las ciencias en tanto forma
de descubrimiento, de creación y de
ampliación del conocer, en el sentido
más amplio de promoción del entendimiento humano, y que, por lo tanto, la
filosofía del arte debe concebirse como una parte integral de la metafísica y
de la epistemología.
Nelson Goodman
(141)
Ya casi nadie piensa el arte. A pesar de que es parte
de la cultura, fabricación por
excelencia del hombre (San Martín 23), este mismo no lo entiende. Pero el arte
que interesa aquí es preponderantemente el Contemporáneo, ligado a la etiqueta
hegemónica denominada Arte Conceptual.
Esta nueva expresión nació en la segunda mitad del siglo XX en medio de tintes
políticos, sociales y económicos de diversos tipos; llámense guerra de Vietnam
(Luz 6) o ascenso del sistema de
producción capitalista (Michaud 12), etc. Así, esta imperante forma de hacer
arte dio a luz a lo que conocemos como performance
art, un nuevo género que revolucionaba el paradigma artístico por
manifestar temas de identidad sexual, racial y que, concebido en los años 60 en
el contexto de algunos sucesos históricos como la revolución de mayo del
68 o la guerra Fría (Palma 36), es que “el performance nació como arte
para la resistencia, tendente a lo político y se [alejó] del debate sobre
individuos aislados y las reflexiones sobre el talento artístico" (Sedeño
en Palma 36). El uso del cuerpo como “médium”, la efimeridad de la expresión,
la improvisación, el lugar donde se realiza (al principio alejada de las
instituciones del arte), el público (Boliver) y a veces el uso de tecnologías (Palma
36),
son las características fundamentales
en este género artístico.
Si el arte es producto de la cultura, y un
objeto cultural puede ser visto como una
manifestación del espíritu[1],
entonces el performance art puede ser analizado de la misma forma. Es decir… ¿Cómo
explicar a la gente que un performance es arte y es coherente? Pues, si
acordamos que sólo el espíritu puede explicar al espíritu, en consecuencia, la
rama indicada para formar una teoría del performance es la filosofía;
obviamente pensada como forma de… “aprender a pensar y aprender a
problematizar” (Le Bouhellec).
Por ende, al performance art como
expresión artística que manifiesta la racionalidad del ser humano, es posible
significarle por medio de la filosofía. Así, esta teoría que permite pensar al performance art, se basará en
primera instancia en el pensamiento sobre la estética de Hegel, el cuál
revelará el espectro espiritual de la obra de arte. Luego se transitará a Danto
para tratar de explicar por qué un performance es una obra de arte, para
finalmente aterrizar en el análisis de su propiedad metafísica apoyados con
Bergson.
El arte puede verse desde varias perspectivas. La noción
que Hegel adjudica a este, revela un entendimiento para la performance. Para
este filósofo alemán, la obra de arte es una composición bidimensional: idea
(el contenido) y forma (el campo de manifestación sensible) (53). Las dos van
siempre unidas y son interdependientes. Sin embargo, Hegel plantea algo
interesante: “el fin sustancial superior” o verdadero objetivo que debe
alcanzar el arte es manifestar la racionalidad del ser humano (38-44). Es
decir, el espíritu debe verse involucrado para hacer y entender el arte. La
veracidad, importancia y podría decirse que hasta supremacía de una obra de arte,
está dada en el contenido racional que quiera manifestar. La idea es más
importante que la forma ya que al producir conocimiento “el espíritu es lo
único verdadero” (8). Esta idea hegeliana del arte es la base de lo que se
etiqueta como arte conceptual, insistente
“en [ser] un arte de ideas encima del producto” (Goldberg 7). Por esto, si el
arte es el espíritu plasmado a través de un campo de manifestación sensible, y
el performance art es una expresión artística, por ende el arte acción es un
producto de la razón que comunica espiritualidad a través del cuerpo humano. La
performance es arte hecho para pensar; es verdadero arte. Por ejemplo, en el
performance "To the Rhythm of the Swing" donde Roció Boliver, importante
accionista mexicana, se columpia entre la frontera de Tijuana, México y San
Diego, EE. UU (en Rojas) vemos al espíritu manifestándose plenamente ¿Qué nos
dice? No es fácil saberlo; la obra de arte racional necesita mucho estudio y
conocimiento para entenderla.
Empero, el problema que encontramos al utilizar este
planteamiento con respecto a la performance es su descontextualización; es
decir, Hegel siendo un filósofo moderno del siglo XIX, aún concibe al arte como
un producto (28); el performance art se
aleja de esto. A pesar de esto, el esbozo que permite unir ambas concepciones
viene dada por el uso del cuerpo entendido
como belleza artística; es decir “la
belleza [natural] generada y regenerada por el espíritu” (34) pues no habría
cosa más excelsa que el espíritu se manifieste a partir del lugar donde está
contenida.
Se debe agregar que, el anterior
planteamiento abre una reflexión del arte a través de su contenido; por esto
que se va a considerar la primera “filosofía del arte” (7). Desde aquí se vislumbra
una teoría del arte contrastada con la historia del arte oficial basada en los “estilos”.
Hay una clara oposición entre estos tipos de relato en el discurso del arte. Danto los llamará
discontinuidad y continuidad histórica (Relatos legitimadores y principios
críticos 66). El problema que plantea el hegemónico discurso de los estilos es
la incapacidad de poder explicar el movimiento del arte contemporáneo, pues el
relato está enfocado en la forma y no en el contenido; basta con revisar un
libro como “La Historia del Arte” del afamado
historiador del arte Gombrich: “Las columnas del templo jónico son mucho menos
fuertes y robustas. Son como ligeros troncos y el capitel o remate no es mayor
que un liso o cojín, pero ricamente adornado con columnas a los lados” (99).
Sea esta la razón que en el auge del conceptualismo, el relato de la historia continua centra su
atención en el enfoque filosófico sobre la ontología del arte, es decir: ¿Qué
es una obra de arte? ¿es esto enfrente
de mí una obra de arte? o en lo que nos compete ¿Es un performance frente a mí
una obra de arte? Buscando la solución, Danto ofrece una respuesta basada en
los tres criterios siguientes: Para que algo sea arte debe significar algo,
encarnar su significado y pertenecer al mundo del arte (Arte y significado). Usando
como ejemplo el performance “Tranfiguration” del accionista Oliver de Sagazan (en Campuzano), apliquemos
los criterios anteriores para probar que la performance es arte. Este performance…
¿trata sobre algo que el mismo objeto no es? Sí ¿Encarna y delimita los
diferentes significados que pueda tener? Sí ¿Pertenece al mundo del arte? Sí,
pues importantes críticos de arte como el francés Pierre Jourde han escrito
sobre él. Basados en lo afirmado anteriormente, entendemos que un performance
es arte.
No obstante, las objeciones a la propuesta
de Dantos son varias. La primera es que obviamente se nota que es superficial y
muy ligada a la “historia de los estilos”; no aporta nada al contenido en sí.
También es particularmente excluyente pues pre-asigna determinados estándares,
de los cuales, el tercero es el más se dudoso, pues ensalza la posición de
crítico, una Academia, un historiador de arte o un museo para decidir si lo que
hago es arte o no. Danto es flojo en
este último punto pues se torna totalmente elitista; aun así, es una buena
manera de hacernos entender a la performance como arte, ya que sería imposible
dudad de si es arte cuando el mismo MoMA
tiene una espacio en su web lado “MEDIA AND PE RFORMANCE ART”. Esta la causa
que nos lleva a buscar una forma de entender aquello que tenemos frente a
nuestros ojos.
Es así que lo último que nos importa aquí
es revelar la cualidad metafísica, según Bergson, del performance para así demostrar
que se puede entender como algo coherente. Aquí la explicación. El creador del
performance es consciente que su manifestación parte de un concepto, pero para
que esta idea se represente satisfactoriamente como parte de la realidad, que
es movilidad (68), no puede sujetarse en un objeto inmóvil; de aquí que se haga
uso del cuerpo, pues es éste total movilidad. Ejemplo, el performance “'Elastic
Heart'-Shaped Box” de Sia Furler (en Brodsky). En el performance art “no hay
cosas hechas, sino sólo cosas que se hacen; ni estados que se mantienen, sino
estados que cambian” (Bergson 68), por lo cual existe siempre la unión entre
efimeridad y falta de discurso lineal; razón por la que un performance puede
durar de un segundo hasta semanas y las acciones nunca son actuadas. Ejemplo es
el performance de Marina Abramović y Ulay titulado “AAA AAA” que dura 15
minutos (en ArtForum), en los cuales la acción va cambiando de acuerdo a la resistencia
del cuerpo de ambos. La relación estética entre accionista y público es
notoriamente necesaria porque la realidad que el accionista revela es “dada
directamente a nuestro espíritu” (Bergson 68); no hay mediación por
representación. Ejemplo, no es lo mismo ver sangre en la pintura “Judit y
Holofernes” de Caravaggio que ver sangre en un performance de Hermann Nitsch Esta
metafísica del performance art es lo que la gente repudia y no entiende, pues la
expresión artística realmente violenta
el ritmo habitual del espíritu (77). Existen, empero, objeciones al traer los
casos del video performance o el performance programado, que no cumplen
satisfactoriamente con todos los criterios anteriores; sugerentemente podríamos
llamarles “pseudo-performances”, “performances
art no totalmente puros” o contentarnos con que cumplan la mayoría de las
características. Sin duda estos necesitan un análisis aparte.
En conclusión se confirma que el performance art es una
manifestación del espíritu. Puede decirse que un estudio antropológico o una
visión marxista resultan mucho más interesante que esta; sin embargo se
sostiene que esta visión cultural es la
base para llegar a las otras. Lo antes planteado trata de ser una lección para
aquellos alejados del mundo del arte, no sólo aplicable a la performance sino a
para otros géneros, es decir, ha sido buen pretexto para afirmar esto: el arte
está hecho para pensarse. Es necesario
olvidarse de la idea kantiana sobre el gusto, pues para penetrar en el
verdadero terreno del arte se necesita conocimiento. Por último, para aquellos que
menosprecian el performance art, se les deja la siguiente reflexión: “cualquier
creación artística es hija de su tiempo” (Kandinsky 7).
Fuentes
bibliográficas
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and Marina Abramović, AAA AAA, 1978”. ArtForum. Sin fecha. 16 de abril
de 2015. http://artforum.com/video/id=25376&mode=large&page_id=13
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Buenos Aires: Siglo Veinte, 1973. 68-95.
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Entrevista personal. Sábado 16 de noviembre de 2013.
Brodsky, Rachel. “Sia Performs in
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San Martín,
Javier. “Genealogía del concepto de cultura”. Teoría de la cultura.
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[1] Espíritu: traducción al español de
la palabra alemana geist, entendida
hegelianamente como “lo racional”.
Alejandro